martes, 9 de diciembre de 2014

Prosigo al Blanco

I La misericordia de Dios: Filipenses 2:27

Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. (Filipenses 2:27 RVR1960)

II Prosigo al blanco: Filipenses 3

1- Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. (Filipenses 3:3 RVR1960)

No confío ni me glorío por mi posición social, política, económica, en mi historia de vida favorecida o no favorecida, si soy chilena, alemana o gringa sino que nos gloriamos en Cristo Jesús.

2- Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. (Filipenses 3:7 RVR1960)

Por amor aCristo no me importan los títulos, por amor a Cristo no me importa el dinero, por amor a Cristo no me importa lo que a esta sociedad le importa...dejémoslo todo, como la invitación que el Señor le hace al joven rico con la única diferencia que intentemos de no volver atrás considerando como ganancia lo que es basura; más busquemos la justicia de Dios. Busquemos y consideremos ganancia la excelencia del conocimiento de Dios.


3- Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; (Filipenses 3:8-9 RVR1960)

Confiar en mi propia justicia es confiar en mi propia carne, en mi propio ser, es buscar las fuerzas como si yo fuese el inicio de todo...en vez de esto, es mejor buscar las fuerzas en aquel de quién proviene la vida, confiar en la justicia de Dios, es tener FE en el poder de Dios.

4- Meta: ser imitadores de Cristo

A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. (Filipenses 3:10-11 RVR1960)

Ser imitadores en sus padecimientos, ser imitadores en su muerte, ser imitadores en su resurrección, ser imitadores en su perfección... Esto es salvación, este proceso de santificación.

5- Ayudas -ojo no son los pasos a seguir- para llegar a la Meta: 

- Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, (Filipenses 3:13 RVR1960)
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:14 RVR1960)

-Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. (Filipenses 3:15 RVR1960)

Esto es clave, que El Señor nos dice que en este proceso de santificación, camino a su perfección, sigamos adelante sin mirar atrás y que Él nos irá revelando este camino.

- Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. (Filipenses 3:17 RVR1960)

Buscar aquellos que están en este mismo caminar, imitar a quiénes también buscan ser imitadores de Cristo.

6- Convicción y esperanza 

-Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; (Filipenses 3:20 RVR1960)

-el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3:21 RVR1960)



lunes, 8 de diciembre de 2014

El Problema del Dolor

Cuando recuerdo el sacrificio que hizo Jesús en la cruz por mí, no puedo evitar emocionarme, me conmueve su amor, me conmueve su capacidad de perdonar y reflejar ese perdón en la manifestación de su misericordia en mi vida. Me conmueve ser perdonada...

Quizás cada vez que recordemos a Cristo en la cruz va a ser inevitable que nos conmovamos, pero cuando intentamos imitar  esta misma capacidad asombrosa de perdonar, manifiestada en la misericordia por el otro quien nos provoca dolor, no siempre nos puede resultar una tarea fácil de imitar la esencia de Cristo.

 Cuando somos adultos y recorremos en nuestros pensamientos nuestra historia de vida, y pensamos en aquellas personas que nos causaron dolor, mucho dolor, que no es raro que sean incluso nuestros propios seres queridos, y guardamos hacia ellos una mezcla de amor infinito y dolor. Quienes fueron parte de nuestra formación: padre, madre, hermano, hermanas, etc. ¿Cómo logramos perdonar? ¿Olvidando nuestro dolor considerándolo no importante? ¿Intentando reponernos todas las veces que sea necesario cuando el dolor vuelve?

Desde mi historia creo que Dios quiere que busquemos ser imitadores de Él, dejando aquellas heridas a sus pies, buscando ser sanados del dolor en Él, y en ese proceso Dios nos enseña de su misericordia y amor para que podamos ver al otro como una criatura que al igual que nosotros, puede ser perdonada y amada.

Me acuerdo de un libro que leí hace un par de años atrás de C.S. Lewis que se llama El Problema del Dolor, y en aquel libro Lewis decía que el gran problema del ser humano es que huye del dolor. Cristo vino a tomar ese dolor por ti y por mi, vino acoger nuestra heridas, esto me conmueve, me conmueve su permanencia, su delicadeza y atención frente a nuestro dolor, frente a nuestra debilidad, pudiendo sentirnos recogidos por Dios, todas aquellas veces que nos enfrentemos al problema del dolor en nuestras vidas. Así también es necesario que podamos reflejar esa misma acogida a quiénes nos necesitan, aun cuando aquellas personas pudieron provocar en nosotros heridas.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Solo tú

Perdón cuando prevalezco mis proyectos académicos antes que a Ti.
Perdón cuando prevalezco a  descansar mi mente con la TV, noticias FB, etc.  dejando pasar muchas horas del tiempo antes que pasar momentos ante Ti.
Perdón cuando prevalezco la comida antes que a Ti.
Perdón cuando pienso que el dinero es mio, lo gasto sin medida en diversión, y olvido o pienso en mínimo para tu obra.

Porque cuando olvido tener esto por basura y tenerte por ganancia a ti, entonces mi pecado se ve reflejado. Es tu gracia la que me sostiene, eres tú mi buen Dios, el que me sustenta cada día, no permitas que nada prevalezca en mi vida más que tú.