lunes, 6 de abril de 2015

Nuestro sufrimiento en la historia de Dios

Trás escuchar un tema basado en la vida de José, quien fue vendido por sus hermanos como esclavo de Egipto, las conclusiones fueron: que José logró comprender que su sufrimiento, su historia, estaba enmarcada en la gran historia de Dios. Quizás en el momento de la prueba misma no lograba comprender por qué Dios permitía tantas injusticias con él: ser vendido como esclavo, ser acusado por la esposa de Potifas, estar en la cárcel.... Así también en nuestras vidas, quizás nos ha tocado vivir sufrimientos en nuestra historia de vida que nos generan grandes dolores, pero frente a dichos sufrimientos tenemos a la vista tres opciones que se pueden distinguir:
1- Quedarse en estado de victima por el sufrimiento que te tocó vivir y compadecerte de esto permanentemente, sin posibilidad a cambiar, atado a este estado y nunca avanzar, porque te sientes víctima de lo que te pasó.
2- Otra opción es que fue tanto el sufrimiento que te hicieron que de víctima decides pasar a ser un victimario para que el resto sienta lo mismo -esta opción parece un tanto perversa, pero creo que no está lejos muchas veces de nuestras realidades- . Si por ejemplo, en aquellos dolores que nuestros padres o familiares nos hacen pasar, y luego lo replicamos concientemente o inconcientemente a los demás. 
3- La tercea opción es dejar que Cristo redima ese sufrimiento. Esto es dejar que Cristo ponga paz y trabaje en dicho sufrimiento, y restaure tu historia de vida...esto es comprender que Cristo ha enmarcado tu historia, tu sufrimiento en SU GRAN HISTORIA, en sus propópositos. 

Todos los sufrimientos que le tocó pasar a José tuvieron en su historia un propósito, que se manifestó cuando él no solo logró salvar al pueblo de Egipto de la hambruna sino también a su propia familia, logrando perdonar y restaurar su relación con sus hermanos. Dios exaltó a José frente a sus victimarios.

Por tanto, la decisión de qué hacer con ese sufrimiento que te ha tocado pasar, está en tus manos: ¿Quiero ser víctima de mi sufrimiento?  ¿Victimario? O ¿Creer en que Dios puede restaurarte y llevarte hacia sus propósitos? 

Finalmente, Dios nos restaura para que también nosotros seamos restauradores de quiénes necesitan ser restaurados por medio de Cristo. 

Ahora puedo comprender el propósito de mi propio sufrimiento, que no es vano, si lo rindo ante los pies de Cristo. 

martes, 9 de diciembre de 2014

Prosigo al Blanco

I La misericordia de Dios: Filipenses 2:27

Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. (Filipenses 2:27 RVR1960)

II Prosigo al blanco: Filipenses 3

1- Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. (Filipenses 3:3 RVR1960)

No confío ni me glorío por mi posición social, política, económica, en mi historia de vida favorecida o no favorecida, si soy chilena, alemana o gringa sino que nos gloriamos en Cristo Jesús.

2- Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. (Filipenses 3:7 RVR1960)

Por amor aCristo no me importan los títulos, por amor a Cristo no me importa el dinero, por amor a Cristo no me importa lo que a esta sociedad le importa...dejémoslo todo, como la invitación que el Señor le hace al joven rico con la única diferencia que intentemos de no volver atrás considerando como ganancia lo que es basura; más busquemos la justicia de Dios. Busquemos y consideremos ganancia la excelencia del conocimiento de Dios.


3- Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; (Filipenses 3:8-9 RVR1960)

Confiar en mi propia justicia es confiar en mi propia carne, en mi propio ser, es buscar las fuerzas como si yo fuese el inicio de todo...en vez de esto, es mejor buscar las fuerzas en aquel de quién proviene la vida, confiar en la justicia de Dios, es tener FE en el poder de Dios.

4- Meta: ser imitadores de Cristo

A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. (Filipenses 3:10-11 RVR1960)

Ser imitadores en sus padecimientos, ser imitadores en su muerte, ser imitadores en su resurrección, ser imitadores en su perfección... Esto es salvación, este proceso de santificación.

5- Ayudas -ojo no son los pasos a seguir- para llegar a la Meta: 

- Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, (Filipenses 3:13 RVR1960)
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:14 RVR1960)

-Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. (Filipenses 3:15 RVR1960)

Esto es clave, que El Señor nos dice que en este proceso de santificación, camino a su perfección, sigamos adelante sin mirar atrás y que Él nos irá revelando este camino.

- Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. (Filipenses 3:17 RVR1960)

Buscar aquellos que están en este mismo caminar, imitar a quiénes también buscan ser imitadores de Cristo.

6- Convicción y esperanza 

-Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; (Filipenses 3:20 RVR1960)

-el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3:21 RVR1960)



lunes, 8 de diciembre de 2014

El Problema del Dolor

Cuando recuerdo el sacrificio que hizo Jesús en la cruz por mí, no puedo evitar emocionarme, me conmueve su amor, me conmueve su capacidad de perdonar y reflejar ese perdón en la manifestación de su misericordia en mi vida. Me conmueve ser perdonada...

Quizás cada vez que recordemos a Cristo en la cruz va a ser inevitable que nos conmovamos, pero cuando intentamos imitar  esta misma capacidad asombrosa de perdonar, manifiestada en la misericordia por el otro quien nos provoca dolor, no siempre nos puede resultar una tarea fácil de imitar la esencia de Cristo.

 Cuando somos adultos y recorremos en nuestros pensamientos nuestra historia de vida, y pensamos en aquellas personas que nos causaron dolor, mucho dolor, que no es raro que sean incluso nuestros propios seres queridos, y guardamos hacia ellos una mezcla de amor infinito y dolor. Quienes fueron parte de nuestra formación: padre, madre, hermano, hermanas, etc. ¿Cómo logramos perdonar? ¿Olvidando nuestro dolor considerándolo no importante? ¿Intentando reponernos todas las veces que sea necesario cuando el dolor vuelve?

Desde mi historia creo que Dios quiere que busquemos ser imitadores de Él, dejando aquellas heridas a sus pies, buscando ser sanados del dolor en Él, y en ese proceso Dios nos enseña de su misericordia y amor para que podamos ver al otro como una criatura que al igual que nosotros, puede ser perdonada y amada.

Me acuerdo de un libro que leí hace un par de años atrás de C.S. Lewis que se llama El Problema del Dolor, y en aquel libro Lewis decía que el gran problema del ser humano es que huye del dolor. Cristo vino a tomar ese dolor por ti y por mi, vino acoger nuestra heridas, esto me conmueve, me conmueve su permanencia, su delicadeza y atención frente a nuestro dolor, frente a nuestra debilidad, pudiendo sentirnos recogidos por Dios, todas aquellas veces que nos enfrentemos al problema del dolor en nuestras vidas. Así también es necesario que podamos reflejar esa misma acogida a quiénes nos necesitan, aun cuando aquellas personas pudieron provocar en nosotros heridas.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Solo tú

Perdón cuando prevalezco mis proyectos académicos antes que a Ti.
Perdón cuando prevalezco a  descansar mi mente con la TV, noticias FB, etc.  dejando pasar muchas horas del tiempo antes que pasar momentos ante Ti.
Perdón cuando prevalezco la comida antes que a Ti.
Perdón cuando pienso que el dinero es mio, lo gasto sin medida en diversión, y olvido o pienso en mínimo para tu obra.

Porque cuando olvido tener esto por basura y tenerte por ganancia a ti, entonces mi pecado se ve reflejado. Es tu gracia la que me sostiene, eres tú mi buen Dios, el que me sustenta cada día, no permitas que nada prevalezca en mi vida más que tú.

jueves, 17 de julio de 2014

Decisiones radicales

Hace un tiempo atrás leí un libro que se llamaba Radical del autor David Platt, y hablaba acerca de vivir un cristianismo radical, ¿Qué puede significar esto para una persona  que un día dijo que sí ante la invitación de Jesús, ir a la iglesia, leer la Biblia y orar?  Me llamó la atención eso de ser radical. Más adelante el libro decía que un cristianismo radical no era centrarse en el mensaje que te hace sentir bien, porque es consolador y auto compasivo frente a los dolores que debemos vivir sino que el mensaje se centraba en la decisión que en algún momento tomaste de seguir a Cristo; significaba buscar su modelo en cada área de nuestra vida, es tomar la decisión de ser radical en cada una de dichas áreas, es buscar imitar a Cristo sin importar lo que conlleve hacerlo, es transformar la vergüenza escondida, el miedo al rechazo de la sociedad, los comentarios intolerantes a descubrir el el gozo de dar a conocer un mensaje que da vida, una vida que las personas sin Dios no conocen y los salva de sus enfoques que los conducen a su propia decadencia humana. 

Cuando terminé el libro, me propuse ser una cristiana radical, eso para mi entonces significaba buscar mi consagración a Dios y expandir en todas mis áreas su mensaje , pero con el pasar del tiempo, la energía y la convicción de esto se agotaba en la medida que se me olvidaba el mensaje del libro. Esto me hacía sentir mal, porque descubrir que no bastaba leer un libro y ponerlo en práctica para lograr hacer que este potente mensaje se hiciera convicción en mí, es porque simplemente faltaba algo más ¿Qué faltaba para que el mensaje de vida fuese convicción?

Y pensé en oración en aquella cruz dónde estuvo Jesús, pensé en su existencia real, en que realmente él nos escucha, en que realmente fuimos creados con un propósito, y qué pasaba conmigo que no era lo suficientemente radical para cumplir ese propósito, que me he quedado esperando, vagando en la vida como transeúnte que trabaja, va a la iglesia, comparte con amigos, etc. Entonces decidí que no quería ser más esa transeúnte que mira pasar las cosas buscando un significado profundo en lo pasajero cuando lo esencial está en la mirada de Jesús, lo esencial está en lo que Él tiene preparado para tí y para mí con el propósito de glorificarlo, lo esencial está en Él,  lo esencial es Él.

Entonces respondí a la pregunta, lo que faltaba para que este mensaje fuese convicción en mi corazón era buscar más y seguir  más a Cristo, lo que implica ponerse en disposición  de escuchar, hacer o actuar, lo que el Espíritu Santo quiere revelarnos haciéndolo todo para honrar a quién de todo depende -de Él- de Jesús-.  Entonces la decisión se hizo más profunda, pido a Dios que me ayude a no hacer nada que vaya en contra de su glorificación, o bien, haré todo lo que me permita glorificarle y honrarle.





miércoles, 16 de julio de 2014

Un espacio distinto

Me agrada tener este espacio donde está más lejos de la bulla del ego facebookceano, donde creo que podré escribir con la tranquilidad  y libertad que se necesita para expresar lo verdadero, lejos de los “Me gusta".